“Como hombre es difícil poder hablar de una pérdida con alguien, pero aquí he encontrado amigos que me escuchan y me entienden, y que pueden darme un consejo de qué hacer o qué no hacer.  hoy confío en Dios y sé que Él puede hacer algo con lo que está pasando y yo consolar y ayudar a alguien que esté pasando por lo mismo”.

Anónimo.